Abandonado o abandonada en medio de la nada, sin comida, sin bebida, con la nieve cubriéndolo todo y con una hipotermia creciente. Así empezamos la primera versión jugable de The Long Dark, el primer título indie de Hinterland Studio. Siendo totalmente sincero, hablar de este juego se me hace difícil, ya que las sensaciones que produce, el feeling que transmite, es cuanto menos que complicado explicarlo con palabras.
El escenario, si lo pensáis detenidamente, es poco menos que dantesco: una catástrofe electromagnética ha golpeado con fuerza el mundo dejando todos los dispositivos electrónicos inservibles a lo largo y ancho del globo. Y a ti, esa catástrofe te deja en medio de las frías y nevadas montañas de Canadá. Ahora la madre naturaleza ha cogido por el cuello a la humanidad y todo lo que has de hacer, es sobrevivir. En esta situación es en la que nos pone la gente de Hinterland Studio, en, como ellos mismos lo definen, una experiencia en primera persona dentro de un simulador de supervivencia, el cuál te llevará hasta límites insospechados, provocando de esta manera un guión y un apartado jugable maduros. Por el momento solo podemos jugar la versión alfa del título en la que solo está disponible el modo sandbox del mismo, dejando el apartado de la historia para más adelante.
Hablando de los propios desarrolladores del proyecto, Hinterland Studios tiene un currículo envidiable, gente que ha trabajado en Volition, Santa Monica Studios, Bioware o Riot Games componen el equipo detrás del título. El proyecto comenzó con una campaña de Kickstarter en la que se pedían 200.000 dólares canadienses para poder realizar el juego y en la que el estudio canadiense consiguió recaudar la cifra de 256.217 dólares canadienses.
De momento, el modo sandbox sirve, no solo de campo de pruebas para encontrar y subsanar posibles fallos, si no para presentar a los jugadores y jugadores que apoyamos el proyecto, el apartado jugable del simulador de supervivencia. Elige hombre o mujer, elige un mapa, sobrevive. Esas son las únicas directrices que se nos dan hoy por hoy, apareciendo en una parte aleatoria del mapeado. La exploración y la búsqueda de recursos son nuestros principales objetivos, buscar restos de la civilización que se derrumba y aprovecharnos de ellos, ya que todo vale para sobrevivir y no morir en el intento: comida en la lata, ropa ajena, chatarra, objetos de toda clase y condición nos podrán servir de ayuda. Tendremos a su vez que controlar los diferentes parámetros que pueden dar un final abrupto a nuestra epopeya como supervivientes: temperatura corporal, ingesta y desgaste de calorías, hambre, sed y fatiga son los puntos a controlar, aunque también tenemos que estar atentos a la vida salvaje, el entorno y los cambios ambientales. Podemos pararnos a descansar y encender un fuego, pero más vale que sea en un lugar apartado o puede que los lobos vengan a por nosotros, o quizá nos congelemos por culpa de una ventisca que se ha levantado, quizá si la hipotermia vaya a acabar con nosotros, deberíamos parar, cortar algún árbol y encender una hoguera y fatigarnos en el proceso o quizá continuar en la búsqueda de un refugio de montaña.
Son muchas, muchas y continuadas las decisiones que deberemos tomar en este modo sandbox para conseguir nuestro objetivo. La primera vez que jugué al título llegue a sobrevivir dos días, hasta que me encontré con un lobo, hambriento y solitario y no conseguí ahuyentarlo a tiempo antes de que me desangrara ya que no tenía ninguna bengala a mano. En otro intento, busqué desesperadamente un refugio, pero el frío pudo conmigo.
Ya llevo una cuantas horas echada al juego con unas cuantas anécdotas y puedo asegurar que estoy totalmente enganchado y enamorado de él. El ir aprendiendose la zona, el buscar nuevos sitios, el sobrevivir otras 24 horas, el ver donde podemos llegar es el verdadero componente adictivo de este modo sandbox y del juego.
El título cuenta con un fabuloso apartado gráfico que se aleja del realismo que le han querido dar los desarrolladores a la jugabilidad para abrazar un estilo más artístico, con modelados sencillos y unas texturas planas que le aportan una singularidad y un aspecto especial. Nota aparte se merecen los fenómenos ambientales del título: que bonito se queda todo cuando cae de noche y la única que te acompaña es la luna o la aurora boreal. Mención especial, por supuesto, a que el equipo se encuentra trabajando en una compatibilidad total con Oculus Rift, el dispositivo de realidad virtual de Facebook.
Sin duda, debemos de tener en cuenta The Long Dark, disponible para todos y todas desde Steam Early Access. El juego nos promete horas de tensión (divertida) en la que querremos sobrevivir a toda costa, en un ambiente muy diferente a lo visto en otros juegos de supervivencia. Os invito, pues, a que os adentréis en la larga oscuridad y tratéis de vencer a la naturaleza y la falta de recursos.
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