Análisis de Firewatch En el bosque anduve buscando…

Creado por Campo Santo, nueva desarrolladora que aglutina las mentes creativas detrás de The Walking Dead o Mark of the Ninja, Firewatch nos pone en el papel de Henry, un hombre que por temas personales decide irse a trabajar en las montañas de Wyoming en 1989. Los motivos de esta repentina decisión se nos presentan en una breve introducción, en la cual podremos elegir entre diversas opciones cómo Henry procesa los cambios en su vida y que lo llevan a vivir solo en medio del bosque.

La rutina como guardabosque se nos presenta en un primer momento como algo muy tranquilo: revisar que todo esté en orden, hablar con nuestra supervisora y avisar si sucede algo extraño. Pero pronto empezamos a ver que nuestra estancia tranquila y de reflexión no va a durar demasiado. Este punto es uno de los que más favorece el juego: mezclar momentos de aparente tranquilidad con momentos animados por lo que está sucediendo en la montaña, y que mueven al jugador por un diverso rango de emociones.

Jugablemente estamos ante un título bastante limitado. La mayor parte del tiempo lo pasaremos únicamente recorriendo la zona, subiendo y bajando cuestas, haciendo fotos de los maravillosos paisajes que nos ofrece el juego o explorando rutas no indicadas en el mapa. Sin duda la gran baza del juego es la orientación a través del mapa y una brújula, que aunque no será muy compleja, si que nos hará perdernos más de una vez y obligarnos a memorizar y recordar algún que otro cruce.

Pero sin duda aquello que destaca Firewatch sobre otros juegos del género es la parte comunicativa con nuestra supervisora: Delilah. Ella será básicamente todo punto de contacto que tendremos durante nuestra estancia y, por lo tanto, nuestra única vía de escape cuando tengamos un problema (y ya os aviso que tendremos unos cuantos), el eje de la narrativa. La gracia además estará en dos puntos:

  • Sólo nos podremos comunicar con ella a través de un Walkie-Talkie y para mantener la conversación abierta deberemos mantener pulsado un botón. Esto que parece una tontería implica una mayor implicación en la conversación y una dependencia por pulsar el botón para seguir hablando.
  • Durante las conversaciones con Delilah tendremos tres opciones a la hora de responder a los mensajes de Delilah, marcando cómo es Henry y, por consiguiente, la relación que tienen ambos. Estas opciones además tienen temporizador, para hacer la conversación más fluida y real, por lo que no contestar es también una opción que Delilah interpretará y marcará el carácter de Henry.

De este modo, podríamos dividir claramente el juego en dos partes: uno de tanteo, en la que Henry conoce el terreno y a Delilah; y una de sucesos, en el que los acontecimientos marcan la trama de Firewatch. Para bien o para mal, todo esto que en teoría debería ser un largo trayecto (Henry acepta este trabajo durante la época de verano) acaba convirtiéndose en una historia de 3-4 horas. Y es que Firewatch aprovecha elipsis temporales para llevarnos directamente a puntos interesantes de la trama y evita repetir lo máximo posible el aburrido trabajo de vigía. De esta manera consigue que estemos metidos en el juego y que la sensación de inmersión sea más grande.

En ello también ayuda las limitadas capacidades de Henry, que muchas veces no tendrá la posibilidad de resolver lo que está pasando alrededor ni la habilidad de poder combatir contra ello. Es esa sensación de “si me pasa algo, estoy perdido en el medio de un bosque y nadie va a poder ayudarme”, que hace Firewatch aún más realista y atractivo.

La mezcla de todos estos factores, limitadas habilidades y dependencia de una persona exterior, acaban dando aún más importancia a la relación entre Delilah y Henry, ya que nos forzará a hablar de temas complejos de los que dependerá nuestra supervivencia en la montaña. A estos se unirán conversaciones informales y personales de dos personas que solo tienen esta comunicación en su día a día.

Y a partir de ahí es donde el juego crece enteros. Gracias a un doblaje realmente admirable, los temas que trata y cómo los trata, y el vínculo entre los protagonistas, la historia y sobre todo la compleja Delilah se nos quedarán grabados en la memoria. Es impresionante cómo sólo la voz en nuestro Walkie-Talkie nos puede conectar tanto con otro personaje. El trabajo de Campo Santo en este aspecto es asombroso y por ello se han llevado las grandes críticas que se ha llevado.

Firewatch es un juego simple, tenso, que se aprovecha de sus limitaciones para meternos muchísimo dentro de la trama y que utiliza las conversaciones entre los personajes para tratar temas tanto informales como complejos de los que en muchos casos dependemos para sobrevivir en la montaña. Una buena opción para aquellos que busquen un juego intenso y centrado en las relaciones personales.


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